2/9/2021


   Ayer José Alcaraz y yo tuvimos una visita sorpresa del “califa” cultural cordobés Adolfo Belmonte de Rueda. Lo trajo su hermana Teresa, que vive desde hace una década en Murcia. Me alegró verla recuperar la sonrisa que se le había desdibujado hace años. Es una mujer valiente y buena, como su hermano mellizo. Yo llevé a la reunión a mi amigo Jesús Quintana, profesor de matemáticas, y José me presentó al pintor muleño Ramón González Palazón. Tomamos copas en Chamfer y más tarde fuimos a cenar a Kakure, donde nos encontramos casualmente con el poeta Joaquín Piqueras y su familia, que se unieron a la conversación. El ritmo no cesa. Me siento estupendamente en este verano de nunca acabar y sin más pretensiones que la amistad desnuda encima de la mesa.




   Esta mañana tocaba hacer los exámenes de septiembre a alumnos de Bachillerato. En el camino al trabajo, yendo por el Paseo Alfonso XIII con leve resaca, me ha dado por pensar en esas personas de círculos literarios próximos que tienen mi teléfono en su agenda y de las que no he vuelto a saber nada en los últimos años, gente que me ha pasado la mano, le he hecho uno, dos, tres favores, por generosidad, aunque no estuviera muy convencido de sus méritos, y al cuarto acto de mendicidad, por las razones que fueren, si no le he dado la moneda esperada, ¡boom!, he dejado de existir. En cuanto les he hecho un silencio administrativo con sus libros ni siquiera han piado. Y me alegra, porque durante este período llevo quitándome de encima a sujetos que se te acercan sólo para una cosa; si lo consiguen, desaparecen progresivamente; si no lo consiguen, te ponen a caer de un burro allá donde vayan. El lado bueno de este asunto es el progreso que uno hace en la percepción del interesado, poder olerlo a kilómetros reales y virtuales de distancia.
   Vivo lo más refugiado posible de esa toxicidad. Sé que siempre va a estar ahí, agazapada, pero ya era hora de aprender a obviarla. Con lo poco que tengo que ofrecer y lo ligero que me siento cada vez al soltar lastres así.

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