Los poetas no leen demasiada novela.
Los novelistas apenas leen poesía. A los dramaturgos no los lee prácticamente
nadie. Los ensayistas purasangre son los únicos que leen intensamente el resto
de géneros literarios, son lectores omnívoros.
Es una pena que en España se deje tan poco espacio para el ensayo en el escaparate literario. Tenemos ensayistas que están muy a la altura del panorama internacional. Por desgracia, la universidad ha ayudado mucho a esta situación de invisibilidad, alimentando a investigadores de un academicismo nada arriesgado ni fructífero.
Me cuenta un joven ensayista, precisamente, que le gustan mis comentarios a las lecturas que publico en internet «porque a veces no se sabe si te ha gustado o no realmente», y me satisface saber que el objetivo de mis críticas ha dado en el blanco. Mis lecturas son grises.
Es una pena que en España se deje tan poco espacio para el ensayo en el escaparate literario. Tenemos ensayistas que están muy a la altura del panorama internacional. Por desgracia, la universidad ha ayudado mucho a esta situación de invisibilidad, alimentando a investigadores de un academicismo nada arriesgado ni fructífero.
Me cuenta un joven ensayista, precisamente, que le gustan mis comentarios a las lecturas que publico en internet «porque a veces no se sabe si te ha gustado o no realmente», y me satisface saber que el objetivo de mis críticas ha dado en el blanco. Mis lecturas son grises.
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