6/10/2021


   Una alumna me ha contado esta mañana que ha soñado conmigo. Nada que ver con una trama erótica. En su sueño, yo era Mario, el finado de la obra de Delibes Cinco horas con Mario. Y ella, en un monólogo desordenado, me increpaba con furia, disparaba todas sus frustraciones infantiles hacia mi cuerpo inerte.
   He comunicado a Elena Medel que hemos reseñado para la revista un libro de La Bella Varsovia que se publicó hace tres años: Maniobras secretas de Gaia Ginevra Giorgi. No le doy importancia a la urgencia temporal de las publicaciones, por eso a veces ocurren estas sorpresas. Muy gratas, me responde Elena.
   Santiago Montobbio, refugiado en Barcelona, quiere tener noticia de mí. Estoy disfrutando el tiempo otoñal que ha nacido esta semana. Vivo bastante aislado de saraos culturales, a los que siempre fui aficionado. Tras mi período de reflexión y cicatrización, me he vuelto más austero, casi un estoico.
   El último libro del argentino Alberto Cisnero se titula Akata mikuy, que significa «come mierda» en quechua, una especie de «Preferiría no hacerlo» al estilo incaico. La periodista Lidia Rocha lo entrevista para El coloquio de los perros. Tratan lo culto y lo popular, el español hablado en el Siglo de Oro y el español actual de La Plata, Atahualpa Yupanqui y el heavy metal...
   Me acuesto hoy temprano y deseo, como una oración chistosa, una noche de miércoles estupenda a todos los vecinos de mi zona, menos al canalla que me debe dinero desde hace meses y se hace el despistado.


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