13/11/2021


   Muchas figuras del rock han fallecido precozmente a los 27, creando una superstición alrededor de ese número. Entre los escritores, la edad maldita parece estar fijada en los 47. Con esos años murieron Charles Baudelaire, Robert Louis Stevenson, George Orwell, Albert Camus y Fernando Pessoa. También Ari Behn, el narrador de quinta división que fue marido de la princesa Marta Luisa de Noruega. En mi idioma, de forma repentina o trágica, les tocó al novelista Ignacio Padilla, a los poetas Adolfo Cueto y Miguel Ángel Velasco, al guionista Tupac Pinilla Núñez o a Juan Hernández Luna, autor de Tijuana dream.
   He cumplido recientemente 46. No quiero provocar al destino, aunque siga siendo fumador y apenas practique deporte. Tampoco me seduce la ensoñación infantil y ridícula de que la posteridad me incluya en ese casual canon mortal.
   Puestos a desear, escojo la longevidad móvil de Julia Uceda, Vargas Llosa o Elena Poniatowska.


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